El lobo ibérico Canis Lupus insignis |
La loba pare, entre abril y mayo, en un cubil de tres a ocho lobeznos que nacen con los ojos cerrados. Se mantendrá con ellos durante dos meses, en los cuales, el macho le llevará comida que regurgitará para que coma la hembra. Pasado este periodo de lactancia comenzarán a comer carne que traigan los miembros de la manada. A partir de los cuatro meses cambian su dentición por la definitiva pasando a llamarse lobatos. Hasta los dos años no alcanzarán la madurez sexual, tras la cual permanecerán en el grupo bajo la jerarquía del macho y la hembra dominante, los únicos reproductores, o entablará combates de sucesión que le encumbrarán o le obligarán ha abandonar la manada.
Numerosa literatura lo ha descrito como una bestia feroz, capaz de atacar a los hombres o esquilmar cabañas enteras, desde tiempos inmemoriales se les ha perseguido y aniquilado. Fue muy frecuente en la sociedad rural, la figura del lobero que recorría las aldeas serranas y las majadas con los lobeznos y con las pieles de las capturas, para recibir a cambio dinero o especies que valoraban su trabajo. Los últimos loberos de Madrid fueron el tío Francachela en Bustarviejo y Marcelino Soriano en Peguerinos, lobero mayor del reino, que anduvieron por estas sierras hasta pasados los años cincuenta.
El lobero era recibido como un héroe a su llegada a los pueblos |
El conflicto entre ganaderos y lobos siempre ha existido. Para un cazador la presencia de grandes rebaños de herbívoros indefensos, es una oportunidad que en el medio natural es impensable. Cuando una jauría de lobos ataca una manada de ciervos, estos huyen en desbandada, y con fortuna, quizás sea posible alcanzar al más débil o peor dotado de los ejemplares. Para cuando la captura se haya realizado, estarán a varios kilómetros de distancia.
Cuando atacan una majada, apenas un par de pequeños perros careas los guardan, y una vez abatida una presa, el resto aguarda pacientemente en el redil, agotándose esperando ser rematada. No es ansia de matar por matar, es la inusual posibilidad de tener comida, cuando lo normal es ayunar durante días o incluso semanas.
Los cepos para lobos fueron un terror para pastores y demás fauna. |
Su aparición en las sierras de la comunidad de Madrid, ha traído de nuevo la controversia y el miedo. Se aúna la burocracia de la administración y la picaresca, mientras el lobo permanece en la cuerda floja. Los ganaderos exigen la indemnización de las reses matadas en la comarca del Lozolla y Somosierra, las autoridades no reconocen una población fija en la Comunidad de Madrid y remiten el problema a individuos itinerantes de la vecina Segovia. Mientras el clima se enrarece y el miedo y el rencor atávico reaparecen. Si queremos que este carnívoro ibérico vuelva a nuestras sierras, debemos plantearnos salvar también al ganadero de la sierra, sino serán infructuosas todas las medias.
El llamado perro lobo tiene características diferentes, su cabeza es más alargada, su hocico y cabeza son más grandes. |
La dieta del lobo esta variando a oportunista, principalmente basura y carroña. |
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