jueves, 14 de noviembre de 2019

La Dehesa Survivor

Amanece tímidamente entre las copas de las encinas cenicientas, los retazos de niebla se mueven aún perezosos enredados entre la hierba, mientras de despereza el trompeteo inquieto de las grullas. Se despierta la dehesa extremeña, exponente único en el mundo, de un ecosistema humanizado que acoge a las especies más amenazadas del planeta. En sus ramas anida el águila imperial ibérica, el buitre negro, la cigüeña negra y entre sus berruecos se enseñorea el lince ibérico. 
La Finca Valdepajares de Tajo es un buen exponente de ello. Es la primera  Área Privada de Interés Ecológico de  Extremadura, y gracias a la gestión de Vivencia Dehesa, ha pasado de ser una decadente finca ganadera a situarse en uno de los referentes nacionales de la gestión sostenible del territorio y sus recursos. La elaboración de un proyecto holístico en el que se tuvieron en cuenta todos los factores y se emplearon los más modernos conocimientos con las técnicas más ancestrales, han dado vida a este ilusionante trabajo que ya está dando sus primeros frutos.


Pasear por la dehesa es, en sí mismo, un placer que estimula a todos y cada uno de los sentidos, pero poder hacerlo de la mano de dos naturalistas, como Carmen Perona y Enrique García, hacen que la experiencia se convierta en una clase magistral en vivo sobre los valores, los ciclos y los secretos que esconde este secular ecosistema, bandera del clima mediterráneo, la dehesa.

Desvelar los misterios de la noche, descubrir el cielo nocturno sobre las siluetas oscuras del bosque mediterráneo, disfrutar del rastreo de los sigilosos habitantes que la pueblan, revivir los conocimientos de antaño y los antiguos oficios que modelaron el paisaje, son algunas de las propuestas para recorrer este entorno idílico de la campiña cacereña.

Nuestros clásicos cuentos al amor de la lumbre, que ya tienen adeptos, rescatan las leyendas, romances y tradiciones de la más rancia tradición oral de los montes y la actualiza para disfrutar de una verdadera velada en el chozo de los pastores, escuchando esas historias que nos hacen, de nuevo, mirar con ojos de niño.

El día se diluyen en destellos de mil y un colores, rojizos, dorados y malvas, que llaman a la noche; los bandos de grullas regresan de los campos cercanos a sus dormideros ancestrales, mientras el cárabo enciende su canto desde lo alto de una encina. Una imagen que guardaríamos en nuestra retina para siempre, sino estuviéramos perdidos en el monte, apunto de anochecer y muertos de frío. La naturaleza tiene la capacidad de hacerte sentir en casa, de despertar ese vínculo ancestral, que hasta no hace mucho, nos unía a la tierra. Pero perderla el respeto, sufrir un accidente o verse involucrado en un temporal, pueden mostrarnos su cara más aterradora y dramática. 

Para todos aquellos que no renuncian al placer de regresar a la naturaleza y lo quieren hacer con seguridad, Natursierra ha elaborado un programa para desenvolverse en ella desde la experiencia en el campo y en el trabajo con grupos, que consta de dos talleres:

Taller básico de supervivencia para poder desenvolvernos con relativa soltura dentro de estos acontecimientos. Obtener refugio, hacer fuego, conseguir agua, atender lesiones o accidentes graves en la naturaleza son algunos de los contenidos propuestos.

Taller básico de orientación para poder desplazarnos por el terreno con seguridad, aprender la lectura y utilización de mapas, brújula, rumbos u orientación con elementos naturales para poder regresar al punto de inicio.

Todos estos conocimientos serán puestos a prueba de manera lúdica, en una divertida yincana por el entorno que te obligará a poner en práctica todos los conocimientos aprendidos, y desenvolverte en situaciones reales, en un espacio controlado y tutorizado.

Descubre un bosque mítico, conoce a sus habitantes, disfruta de un ambiente único y aprende para disfrutar con seguridad para ti y para los tuyos de estas experiencias inolvidables.


Cursos del 29, 30 de noviembre y 1 de diciembre. 
Información y reservas en: 
natursierra@gmail.com o en el 627 11 69 23



miércoles, 9 de octubre de 2019

Ya esta abierto el plazo de inscripción para esta nueva aventura de Natursierra y Vivencia dehesa. Despierta tu lado más salvaje y ven a disfrutar de un entorno espectacular y singular, único área privada de Interés Ecológico de Extremadura.

      Talleres de supervivencia y orientación.
      Atardecer grullero.
     Senda nocturna.
     Velada con cuentacuentos.
     Yincana de orientación y supervivencia.
     Comida campestre.

Apoyo naturalista en todas y cada una de las actividades.
Plazas limitadas, grupos reducidos, otorgadas por orden de inscripción. Apúntate ya en: natursierra@gmail.com
Más información o consultas en el 627 11 69 23.

martes, 30 de abril de 2019

Los Misterios de la Dehesa
Abejarucos, cantos y colores
Carmen Perona

El abejaruco europeo (Merops apiaster), es una colorida ave que habita Valdepajares de Tajo desde mediados de abril hasta final de verano. Esta especie es capaz de realizar un largo viaje desde sus cuarteles de invierno en África tropical para deleitarnos con su espectáculo de cantos y colores.
En verano es frecuente verlos en sus típicos posaderos como cables o arbustos. Desde ahí otean el horizonte buscado su presa: avispas, abejorros, libélulas, hormigas o mariposas; aunque su captura favorita es la abeja melífera, por la cual recibe su nombre. Los abejarucos hacen alarde de su precisión milimétrica capturando a estos insectos en vuelo para después golpearlos hasta quitarles el aguijón sobre una superficie dura y poder deshacerse así del veneno que portan.


Desde primera hora de la mañana, la algarabía de su monótono canto casi metálico nos informa que el batallón colorido ha comenzado la jornada. Aunque todos los años vienen a Valdepajares de Tajo, cada estación reproductora cambian la ubicación de sus nidos. Este año han elegido los taludes presentes en los bancales del olivar tras nuestra oficina, En está época y durante unas tres semanas ambos progenitores participaran en la construcción del nido excavando una galería horizontal con su pico hasta crear una pequeña cámara al final de la misma. Estos mineros alados son capaces de retirar hasta 13kg de tierra. La elección del sitio exacto para el nido suele acarrear disputas entre los integrantes de la colonia, pero es durante el cortejo cuando mejor se puede disfrutar del comportamiento de esta especie. El macho captura presas de un mayor tamaño de lo habitual para demostrar a la hembra su destreza como cazador y garantizar así la alimentación de la prole. El objetivo de estos obsequios no es otro que estimular a la hembra para la cópula.
Será un poco más adelante, entre los meses de mayo y junio cuando incubará la puesta durante unos 25 días. Esta tarea también es acarreada por los dos sexos de la especie: permanecerán en la cámara cuidando entre 4 y 7 huevos. Una vez que eclosionan, los jóvenes abejarucos son cebados casi 30 veces al día, por lo que las entradas y salidas por la galería son incesantes. Se han identificado algunos casos en abejarucos que han perdido su puesta ayudan a otra pareja a cebar a los más jóvenes, trabajando así por el bien de la comunidad.
A pesar de que un alto porcentaje de su alimentación está compuesta por abejas, en Valdepajares de Tajo no competimos por los abejarucos. Esta llamativa especie no compite con nuestra producción de miel; compartimos espacio con ellos como integrantes de la cadena trófica de la dehesa.

Sus colores parecería que están elegidos a capricho por un pintor impresionista para celebrar que la primavera es una realidad; ya que junto con las oropéndolas suelen ser los últimos migradores en llegar desde el sur a nuestros campos ya verdes y floridos, regados por las aliviantes lluvias de la primavera. En el cielo, podríamos pensar que no baten sus alas, utilizan su ligero peso para jugar con el viento como si de cometas se tratara para capturar diminutos insectos. esos colores se apagan al terminar la estación más calurosa de nuestro continente para poner rumbo al sur de nuevo y no llamar la atención. T a nosotros nos dejan en la otoñada, esperando de nuevo las lluvias y pensando en los amarillos, verdes y naranjas de la primavera que nos volverán a traer.